martes, 8 de febrero de 2011

Saber negociar

Me gusta mucho la forma en que se enfoca este capítulo, es llamativa pero razonable si se reflexiona: pasamos mucho tiempo de nuestra vida negociando.
Realmente, aunque por “negociación” en sentido literal entendemos que tiene que haber un “intercambio de intereses” que cumpla ciertos parámetros, si nos paramos a pensar en estas situaciones…
·         Mi hija: “mamá, si le lo como todo… ¿me darás chocolate de postre?
·         Alumnos: “maestra, si acabamos, ¿nos dejas los 5 minutos últimos para repasar otra asignatura?
·         Pareja: “Si te hago las patatas bravas que te gustan, ¿me vas a dar un masaje?

Jjajaja! Nuestra vida, aunque no seamos “mujeres de negocios” es un continuo negociado, señoras y señoritas.

Pero estas negociaciones o tratos pueden hacerse de forma más o menos satisfactoria, así que vamos a ver sus pautas más en serio.
Lo primero a considerar es que en una situación de NEGOCIACIÓN pueden darse tres casos, según los elementos de valor que entren a formar parte de ella (ahora explico lo de “elementos de valor”:
  • ·         Todas las partes que intervienen tienen elementos de similar valor para ser intercambiados: Es la situación de partida más fácil…o más difícil. Si todos los que participamos en la negociación damos el mismo valor a lo que “se está jugando” que las partes cedan es más complicado.

o   Ej.: En mi ejemplo anterior de cenita a cambio de masajes: ambas partes tenemos poco que perder (un poco de esfuerzo) y mucho que ganar (un rato agradable). Es un caso fácil donde damos el mismo valor a los elementos (si no sale, tampoco pasa nada grave, además).
o   Si lo que me juego por ejemplo, en una negociación con un compañero de trabajo es cuándo nos corresponden las vacaciones a cada uno y ambos damos muchísima importancia a la fecha, puede ser muy difícil llegar a acuerdos.
  • ·         Considero que, en mi parte, los elementos que me juego son más valiosos que los de los demás.
  • ·         Los elementos que ponen en juego los demás son más importantes que el mío.


En ambos casos finales, negociar debiera ser más fácil si somos OBJETIVOS y SOLIDARIOS…pero a veces no es fácil, ¿verdad?
Por ejemplo: Me juego mi día libre para cambiárselo a una compañera que tiene un hijo enfermo. Es un ejemplo del caso 3, donde supuestamente es fácil que yo ceda.
Me juego mi día libre, en el que iba a llevar a mi madre al médico, para que mi compañera vaya a las rebajas, que le hace mucha ilusión. Jajajaja. Sobra decirlo: el 2.

También habría que puntualizar que, en estas situaciones y muchas más, la coacción, el chantaje NO son negociar.


Pero no solamente se trata de “lo que me juego” al negociar, es importante también considerar una serie de actitudes que, negocie lo que negocie, no favorecerán el proceso:
  • ·         Ceder antes de tiempo:

Negociar es una “lucha” con tacto y educación. No podemos, por tanto; no es positivo, partir de la idea de que lo “tenemos todo perdido” antes de empezar a negociar. Este es un pensamiento negativo que no nos ayudará más que a abandonar la defensa de nuestros intereses.
Tampoco es positivo buscar la aprobación de los demás cuando estamos negociando, porque en ese caso también cederemos. Los buenos negociantes deben tener seguridad en sí mismos.
  • ·         Enfadarse

Lo mismo que anteriormente hemos hablado de la parte conflictiva de la negociación llamándola “lucha light”, hay que matizar que es necesario siempre atenerse al respeto y a las formas. Enfadarnos o hacer enfadar al prójimo no va a ayudar a encontrar un punto medio, ni a que se ceda, sino a que el conflicto se “encone”, ya entran a jugar los sentimientos, no la racionalidad.
  • ·         Ejercer presión desmedida

Este punto desarrolla la idea que nombrábamos anteriormente, al decir que negociar no es chantajear ni manipular ni coaccionar. Si soy consciente de que estoy entrando en el terreno emocional de la otra persona, debo parar y dejar la negociación para otro momento.

¿Y qué sí nos favorece?
  • Tener claros mis propios límites

Es lo más básico, pero no siempre se cumple: antes de negociar, debo “pensar conmigo misma” y tener muy claro…
  • -          Hasta dónde estoy dispuesta a ceder
  • -          Hasta dónde quiero llegar
  • -          Qué estoy dispuesta a dar a cambio
  • -          Qué puntos son absolutamente inaceptables bajo mi punto de vista personal
  • -          Qué objetivos (claros) persigo con esto.
  • Utilizar mi inteligencia emocional

Cuando en los “no” hemos aconsejado no enfadarnos, ceder sin presionar, etc., ya hacíamos alusión a esto. Mediante el lenguaje, la mirada, los gestos…y la empatía podemos saber el “terreno” en que me estoy moviendo con respecto a mí misma y la(s) otra(S) personas, para poder evitar las conductas no deseables que antes mencionábamos.

Mañana cambiamos de tercio radicalmente (ya que hemos acabado este capítulo de inteligencia emocional en el trabajo) y toca verla en las relaciones amorosas (muy propia yo, por San Valentín jajaja). A pesar de que es un tema hablado ya en el blog, sigo descubriendo cosas interesantes que compartir con vosotras en este sentido, espero que nos sea útil.
Besos!

11 comentarios:

  1. Muy interesante el post, estoy impaciente por leer el próximo. Tienes un premio en mi blog, pásate a recogerlo. ¡Un beso!

    ResponderEliminar
  2. Me ha gustado el post. Muy sencillito, pero muy claro.
    Un beso!

    ResponderEliminar
  3. Estas entradas tuyas son muy buenas...hoy voy a negociar yo, a ver que pasa.
    Un besote gordo.

    ResponderEliminar
  4. Esta fenomenal esta entrada. Me la voy a imprimir para que no se me olvide nada. Yo estoy negociando siempre y no se me da mal, pero creo que puedo mejorar y es importante en mi trabajo.
    Un besazo

    Inma

    ResponderEliminar
  5. Buena entrada!!! Desde luego que esto de negociar al final se convierte en el día a día... si no es por una cosa por otra. Viene bien saber algunas reglillas que seguir y saber ponerse en el lugar del otra sin desprestigiar el nuestro... En fin, me ha gustado mucho y espero la siguiente :):) besotes

    ResponderEliminar
  6. Creo que lo de tener claro que está dispuesto uno a dar para llegar a donde uno quiere esta claro. Hay cosas que no merecen "el precio" que te piden. Hay que regatear. Besis

    ResponderEliminar
  7. Me ha gustado un montón...ojalá todos aplicáramos un poco las pautas que das¡ Un besazo.

    ResponderEliminar
  8. Me gusta, ya de digo que no paro de leerlos porque me parecen interesantisimos por un lado y no puedo almacenar todos los datos que quisiera de golpe por otro, asi que me los releo de vez en cuando jejeje. bss

    ResponderEliminar
  9. Hombre! Estás hablando con la maestra de la negociación, que cuando va a Estados Unidos siempre engaña a alguien con coche para que la lleve al outlet de compras, jaja! Muy buen post. Besos!

    ResponderEliminar
  10. El negociar es un "arte" y hay que tener las cosas claras.

    Es un post muy interesante.

    Un beso Gadi! :)

    ResponderEliminar
  11. Qué bien explicadito, con ejemplos prácticos y todo =)
    En mi trabajo tanto negociar como mediar son procesos muuuuy complicados, no por los compañeros sino por los "usuarios". Eso sí, con empatía y asertividad todo es mucho más fácil xDDD
    Un besote!

    ResponderEliminar