jueves, 26 de marzo de 2015

Mascarilla Avon Super Straigth: Review

Hoy os voy a hablar de un producto por el que sentí "profundo amor" en las primeras aplicaciones, y con el que he tenido que cambiar mi rutina de lavado, sin embargo, para poder seguir utilizando.
Os cuento hoy porqué, y motivado, este cambio, incluyendo una reflexión que puede venirnos bien a todas.


1. Mascarilla Avon Super Straight: Las características.
























Nos encontramos con el típico formato "tarro", aunque es algo más pequeño de lo habitual: 125 ml., en melenas largas y abundantes, dan para pocos usos. Pero dado que su precio fue también asequible (2'50) y a que estaba dentro de los parámetros que suelo buscar para el pelo (hidratación, nutrición, brillo o anti-encrespamiento), me decidí a probarla.
Sus indicaciones hacen alusión justo a las características que he mencionado arriba: pelo muy liso, hidratado y brillante. Y lo cumple, con "pero" que voy a desarrollar en los puntos siguientes.

A todo esto, aunque pertenece a una sublínea para cabello llamada "Naturals", su formulación no es natural, y tiene alguna silicona, además de miel y aceite de jojoba como anuncia en su etiqueta principal. Personalmente, sabéis que no es un tema que me moleste en capilares, pero os lo destaco porque sé que algunas de las lectoras sí os importa.
Tiene una textura densa, como es habitual en este tipo de productos, y un olor muy agradable. Otro aspecto que me agradó es que es de las "rápidas": bastan de 1 a 3 minutos de aplicación para poder aclararse.

2. El amor: Primeras aplicaciones.

  • La primera vez que la probé, recuerdo que pensé "a la leche las otras. Ni favorita ni nada, ésta es la mía": Era barata, rápida de usar y me dejó el pelo suelto igual que en la peluquería.Ojo, esto secándolo con secador pero sin alisar (es decir, quitando la humedad ahí en plan "libre albedrío"). Espectacular, en serio. Liso y suelto, que se me movía al andar. De película.
  • Entonces fue, claro, cuando le declaré amor incondicional.
  • Con el segundo lavado (me lavo el pelo una o dos veces por semana, dependiendo de las actividades que haga también, como es lógico) noté el mismo efecto...pero el pelo me duró menos limpio. Los primeros días igual, pero dos días antes del lavado ya me lo notaba como algo graso y el cuero cabelludo menos limpio de lo habitual.
  • Con el tercero fue a peor, y decidí pasar a usarlo como os cuento en el punto siguiente.

3. El cambio: a veces, la unión, hace "el desastre".
Cuando vi que el uso continuado de la mascarilla reducía el tiempo que mi pelo y cuero cabelludo estaban limpios, me dio mucha pena, porque no iba a poder seguir usándola de manera continua (o eso, o aumentar los lavados, pero no tiene mucho sentido habiendo otras mascarillas en el mercado que me permiten durar tanto con el pelo en condiciones). 
Estuve pensando en dejarla como os comento arriba, cuando se me ocurrió una posible explicación que merecía la pena probar a la vista de los resultados tan buenos y que tanto me gustaban: cambiar alguno de los restantes productos que uso en mi rutina de lavado (champú y aceite en las puntas antes del secador). Por una pura cuestión de probar "por orden", comencé por cambiar el champú: ya os conté hace tiempo que uso Johnson's porque no tiene siliconas (así alguna me quito) pero sí les advertía que lo veo adecuado sólo para pelo seco. Lo cambié por un champú de SpaiHair que os mostré hace mucho y que no he usado con regularidad porque su olor no me convence del todo....et voilá: mismos efectos magníficos de la mascarilla...pelo limpio muchísimos días (como siempre me ha ocurrido). Así que estoy contentísima.

A veces, cuando no nos convence un producto, hay que comprobar antes de desecharlo que no sea la mezcla con otros en las rutinas, lo que hace que no nos vaya bien, ¿verdad?
¿os ha pasado algun avez algo parecido?
Ya me contaréis.
BESOS!!